Todo comenzó como un juego, ahora se ha convertido en un juego peligroso.
Nuestro amor es como la ruleta rusa, tomaste el arma, la dirigiste hacia tu cabeza y yo recibí el impacto de tu amor. En mi corazón. Ahora es mi turo, tome el arma apunte hacia mi cabeza, y terminamos enamorados.
Este juego peligroso nos atrapo, ahora somos indispensable: como el agua a la sed, como las estrellas a la noche, como el beso a la boca, como las carisias a la piel. Pero somos amor prohibido, porque no somos libres, acabemos con esto, juguemos por última vez.
Y que esta vez la bala, sea la del olvido, terminemos este juego peligroso.
Alma E.